Software libre, monopolios y otras yerbas
El mercado informático tiende al monopolio de producto en todos sus ámbitos. Los usuarios quieren rentabilizar el esfuerzo realizado en aprender cómo funciona un programa, las empresas quieren encontrar gente formada en el uso de su software, y todos quieren que los datos que gestionan puedan ser entendidos por los programas de las empresas y personas con las que se relacionan. Por eso cualquier iniciativa dedicada a romper una situación de facto donde un producto domina claramente el mercado está destinada a producir más de lo mismo: si tiene éxito, vendrá otro producto a ocupar ese hueco, y en breve tendremos un nuevo monopolio. Sólo los cambios tecnológicos producen, durante un tiempo, la inestabilidad suficiente como para que nadie domine claramente.
Pero la situación donde un producto domina el mercado hasta el punto de constituirse en un monopolio de facto no es necesariamente indeseable. En realidad, lo preocupante es lo que conlleva: cuando un producto domina el mercado, sólo hay una empresa que lo controle. El software libre ofrece una alternativa a esta situación: los productos libres pueden estar promovidos por una empresa en concreto, pero esta empresa no los controla, o al menos no hasta los extremos a los que nos tiene acostumbrados el software propietario. En el mundo del software libre, un monopolio de producto no implica necesariamente un monopolio de empresa. Por el contrario, sea el que sea el producto que domine el mercado, muchas empresas pueden competir en proporcionarlo, mejorarlo, adaptarlo a las necesidades de sus clientes y ofrecer servicios alrededor de él.
Elementos que favorecen el monopolio de producto
En informática es muy común que haya un producto claramente dominante en cada segmento de mercado. Y eso es normal por varios motivos, entre los que cabe destacar los siguientes:
- Formatos de datos. En muchos casos el formato de datos está fuertemente ligado a una aplicación. Cuando un número suficientemente alto de gente la usa, su formato de datos se convierte en estándar de facto, y las presiones para usarlo (y la aplicación por tanto) son formidables.
- Cadenas de distribución. Normalmente uno de los problemas para empezar a usar un programa es obtener una copia de él. Y normalmente es difícil encontrar los programas que no son líderes en su mercado. Las cadenas de distribución son costosas de mantener, de forma que los competidores minoritarios lo tienen difícil para llegar a la tienda de informática, donde el usuario final pueda comprarlos. El producto dominante, sin embargo, lo tiene fácil: el primer interesado en tenerlo va a ser la propia tienda de informática.
- Márketing. El márketing gratuito que obtiene un producto una vez que lo usa una fracción significativa de una población determinada es enorme. El boca a boca funciona mucho, también el preguntar e intercambiar información con los conocidos. Pero sobre todo el impacto en los medios es muy grande: las revistas de informática hablarán una y otra vez de un producto si parece ser el que más se usa. Habrá cursos de formación para él, libros que lo describan, entrevistas a sus usuarios, etc.
- Inversión en formación. Una vez se han invertido tiempo y recursos en aprender cómo funciona una herramienta, se está muy motivado para no cambiar. Además, usualmente esa herramienta es la que ya domina el mercado, porque es más fácil encontrar personal y material que ayuden a aprender a usarla.
- Software preinstalado. Recibir una máquina con software ya instalado desde luego es un gran incentivo para usarlo, incluso si hay que pagar por él aparte. Y normalmente, el tipo de software que el vendedor de la máquina va a estar dispuesto a preinstalar será solamente el más utilizado.
Hay otros motivos que favorecen el monopolio de producto. Con esta lista sólo quería dejar claro que hay elementos fuertes, y muy difíciles de contrarrestar, que hacen que en el campo de software aparezcan de forma natural estos monopolios.
La situación actual: monopolios de empresa
En el mundo del software propietario un monopolio de producto en un segmento cualquiera equivale a un monopolio por parte de la empresa que lo produce. Por ejemplo, tenemos estas situaciones monopolísticas de facto (o casi) de producto y empresa en los mercados de sistemas operativos, autoedición, bases de datos, diseño gráfico, procesadores de textos, hojas de cálculo, etc.
Y esto es así porque la empresa en cuestión tiene un gran control sobre el producto líder. Tan grande que sólo ellos pueden marcar la evolución del producto, las líneas fundamentales en las que se va a desarrollar, su calidad, etc. Los usuarios tienen muy poco control, dado que estarán muy poco motivados para probar otros productos (por los motivos que se han comentado en el apartado anterior). Y naturalmente, las empresas competidoras poco podrán hacer, salvo tratar de desafiar la posición dominante del producto mejorando excepcionalmente los suyos (para tratar de contrarrestar esos mismos motivos), normalmente con poco éxito.
Esta situación pone a todo el sector en manos de la estrategia de la empresa dominante. Todos los actores dependen de ella, e incluso el desarrollo de la tecnología software en ese campo estará mediatizada por las mejoras que le haga a su producto. En el caso general, ésta es una situación donde aparecen los peores efectos económicos del monopolio, y en particular, la falta de motivación de la empresa líder para acercar el producto a las necesidades (siempre en evolución) de sus clientes. Éstos se han convertido en un mercado cautivo.
Software libre: sólo monopolios de producto
Sin embargo, en el caso del software libre un monopolio de producto no se traduce automáticamente en un monopolio de empresa. Si el producto es libre, cualquier empresa puede trabajar con él, mejorarlo, adaptarlo a las necesidades de un cliente y en general, ayudar en su evolución. En otras palabras: en el mundo del software libre habrá, por los motivos discutidos anteriormente, monopolios del producto. Pero en el caso de que esto ocurra, habrá también muchas empresas interesadas en mejorar y adaptar ese producto, precisamente por su posición dominante en el mercado. Si el productor original (la empresa que desarrolló originalmente el producto) quiere permanecer en el negocio ha de competir con todas ellas, y por eso estará muy motivado para hacer evolucionar el producto precisamente en la línea que sus usuarios quieran. Naturalmente, tendrá la ventaja de un mejor conocimiento del programa, pero eso es todo. Tiene que competir por cada cliente.
El monopolio de producto se traduce en el mundo del software libre, por lo tanto, en competencia feroz entre empresas. Y con ello los usuarios retoman el control: las empresas en competencia no pueden más que hacerles caso si quieren sobrevivir. Y precisamente esto es lo que asegurará que el producto mejore.
Algunos casos que ya han sucedido
Examinando la evolución de los proyectos de software libre pueden encontrarse varios casos donde esto ya ha ocurrido. Por ejemplo:
- Apache es desde hace tiempo líder en el mercado de servidores de web. Pero hay muchas empresas que están detrás de Apache, desde algunas muy grandes (como IBM) a otras muy pequeñas. Y todas ellas no tienen más remedio que competir mejorándolo, y normalmente contribuyendo al proyecto con sus mejoras. A pesar de que Apache es casi un monopolio en muchos ámbitos (por ejemplo, es casi el único servidor web que se considera sobre la plataforma GNU/Linux o *BSD), no depende de una sola empresa, sino de literalmente decenas de ellas.
- Las distribuciones de GNU/Linux son también un caso interesante. GNU/Linux no es desde luego un monopolio, pero es posiblemente la segunda opción en el mercado de sistemas operativos. Y eso no ha forzado la situación donde una empresa tenga su control. Al contrario, hay decenas de distribuciones, realizadas por empresas diferentes, que compiten libremente en el mercado. Cada una de ellas trata de ofrecer mejoras que sus competidores tienen que adoptar a riesgo de ser echados del mercado. Pero además no pueden separarse demasiado de lo que es GNU/Linux estándar, pues eso es rechazado por los usuarios como una salida de la norma. La situación después de varios años de crecimiento de la cuota de mercado de GNU/Linux nos muestra a decenas de empresas compitiendo y haciendo evolucionar el sistema. Y de nuevo, todas ellas están detrás de satisfacer las necesidades de sus usuarios. Sólo así pueden mantenerse en el mercado.
- GCC es un monopolio de facto en el mundo de compiladores de C y C++ para el mercado GNU/Linux. Y sin embargo, eso no ha llevado a ninguna situación de monopolio de empresa, incluso cuando Cygnus (hoy Red Hat Linux) se ha encargado durante mucho tiempo de coordinar su desarrollo. Hay muchas empresas que hacen mejoras al sistema, y todas ellas compiten, cada una en su nicho específico, por satisfacer las demandas de sus usuarios. De hecho, cuando alguna empresa u organización específica ha fallado en el trabajo de coordinación (o así lo ha percibido una parte de los usuarios) ha habido espacio para un fork (división) del proyecto, con dos productos en paralelo durante un tiempo, hasta que eventualmente han vuelto a unirse (como está ocurriendo ahora para GCC 3.x).
Según vaya entrando el software libre en nuevos mercados, veremos más y más situaciones donde habrá un monopolio de facto por parte de un producto libre. Y en cada uno de esos casos veremos cómo eso no se traslada (al menos no fácilmente) en un monopolio de empresa, sino por el contrario, en una constelación de empresas pugnando por satisfacer las necesidades del usuario... por la cuenta que les tiene.
Ésta es la clave de que si en algún momento GNU/Linux se convirtiera en el líder del mercado de sistemas operativos no tendríamos más de lo mismo. No tendríamos una nueva situación de monopolio, con un mero cambio de nombres. Tendríamos más bien una situación donde muchas empresas se verían atraídas al mundo de GNU/Linux, ya que en él estaría la gran masa de usuarios, y por lo tanto su dinero. Para poder mantenerse en el mercado, todas estas empresas estarían obligadas a mejorar el producto (GNU/Linux), compitiendo entre sí y luchando por hacer caso al usuario.
Y el futuro dirá
Desde luego es pronto para saber si en el futuro habrá o no muchos productos libres que se conviertan en monopolios de facto. Pero podemos estar seguros de que en los casos en los que esto ocurra no habrá que temer la posición dominante de empresas, o al menos no de la forma en que la tememos hoy día en el mundo del software propietario. Los usuarios recuperarán el control, y las empresas que quieran mantenerse en el negocio estarán ferozmente obligadas a satisfacer sus necesidades. Y quizás finalmente tengamos un escenario en el que una las ventajas de tener productos que monopolicen un mercado (volumen de mercado, rentabilización de las inversiones en formación, etc.) se combinen con las ventajas de tener competencia entre las empresas que sirven ese mercado (y que fundamentalmente se traducen en seguir con más atención las necesidades del usuario).
Dicho de otra forma, y teniendo en cuenta que el monopolio de producto es inevitable por el propio funcionamiento de la industria del software, ¿podremos tener mercados en competencia, como en otras industrias, gracias al software libre?