Sobre Software Libre

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Y pasó otro año

Jesús M. González Barahona

  Publicado originalmente en la revista TodoLinux
Número 2, pág. 12-13, Enero de 2002

Se nos acaba el 2001. Mirando hacia atrás, mucho ha ocurrido este año en el mundo del software libre. En el lado positivo, es de destacar el aumento sostenido del uso y del conocimiento del software libre, se mida por el parámetro que se mida. Entre lo negativo, es sin duda preocupante la gran cantidad de empresas relacionadas con este mundo que han cerrado o están teniendo muchas dificultades. Aprovechando el recuento típico de fin de año, voy a comentar sobre lo que me ha parecido más relevante de éste que termina.

La conquista de los usuarios normales

El software libre en general, y GNU/Linux en particular, han seguido progresando en la larga marcha hacia la conquista de los ordenadores de los usuarios normales. Poco a poco GNU/Linux va entrando en empresas, normalmente de la mano de juegos de ofimática como StarOffice (o su versión libre OpenOffice.org), y en gran medida gracias a la facilidad de uso que proporcionan los entornos de escritorio GNOME o KDE. A esto también han ayudado, sin duda, las últimas mejoras en sencillez de instalación que han introducido casi todas las distribuciones.

Sólo cuando los usuarios puedan hacer tranquilamente en GNU/Linux todo lo que suelen hacer en otros sistemas esta marcha se acercará a su fin. En entornos como la ofimática o la programación esto está cerca de ser cierto. Sin embargo en otros, como los juegos, el camino es aún largo. Por eso hoy día incluso los linuxeros más acérrimos suelen seguir prefiriendo el arranque dual, y no se acaban de atrever a borrar la otra partición.

Pero además de necesitar más y mejores programas, hay otro problema que frena el avance de GNU/Linux entre los usuarios no técnicos, y que lo va a frenar más en el futuro si no lo evitamos. Es la imposición de uso de un determinado programa que se hace en muchos ámbitos. Es, por ejemplo, bien conocido que el censo español no puede rellenarse desde Internet más que con cierto producto de cierta empresa. Lo que lleva a la situación bastante curiosa de que se esté usando el dinero de los impuestos de los contribuyentes españoles para fomentar la posición de monopolio de una empresa estadounidense.

La única forma de denunciar y frenar estas situaciones es organizándonos y haciendo oír nuestra voz. Sólo unas asociaciones fuertes y reivindicativas, arropadas por una buena cantidad de miembros, podrán hacer frente con ciertas posibilidades de éxito a estas situaciones, mezcla de ignorancia e incompetencia, donde la libertad de elección que deberíamos tener se ve tan coartada.

Afortunadamente, ya estamos en ese camino. Campañas como la del PADRE libre (petición para que el programa que se utiliza para hacer la declaración del impuesto español sobre la renta esté disponible para plataformas como GNU/Linux) están empezando a dar sus frutos. En casi todos los países del ámbito hispano las asociaciones de usuarios de GNU/Linux o de software libre florecen, y en general gozan de muy buena salud. Aunque sólo el futuro dirá si son capaces de mantener una tasa sana de crecimiento, y si sus acciones estarán al nivel necesario como para invertir la actual tendencia que perjudica a las soluciones libres.

Las empresas, una de cal y otra de arena

La crisis en el sector de Internet se ha instalado entre nosotros. Y a la sombra de ella, el capital riesgo ha huido de todo lo que suena a negocio ``demasiado nuevo''. Esto ha perjudicado a muchas empresas relacionadas con el software libre que estaban en medio de alguna ronda de financiación. Así, empresas tan prometedoras como Eazel han quebrado. Otras, tan emblemáticas como VA Linux, están capeando el temporal como pueden, en muchos casos con manifiesto nerviosismo y pérdida de rumbo.

Sin embargo, en estos mismos meses hemos visto la entrada decidida de grandes empresas informáticas en el mundo del software libre. La estrategia de IBM al respecto es manifiestamente clara, hasta el punto de haberse convertido en el mayor promotor del software libre en el mundo empresarial, con lo que eso supone. Otros gigantes, como HP-Compaq, están cada vez más cerca de este tipo de estrategias, quizás como única forma de competir.

Esta situación esquizofrénica (por una lado parece que cada vez más empresas nuevas atraviesan dificultades, por otro cada vez empresas tradicionales se convierten al software libre) es difícil de analizar. ¿Estamos más cerca o más lejos de que las soluciones libres se conviertan en las preferidas por el mundo empresarial? Parece que está aumentando la desconfianza en los modelos de negocio que se han propuesto hasta ahora en el mundo del software libre. Pero a la vez, parece que a muchas empresas no les queda más opción que entrar de cabeza en este mundo para poder ser competitivas...

En cualquier caso, lo que parece claro es que aún no se ha descubierto el modelo de negocio que permita generar recursos con solidez. Aún así algunas empresas, como Red Hat Linux o Ximian, podrían estar cerca de encontrarlo.

La explosión de los proyectos

Donde no se ha notado ningún tipo de crisis es en la cantidad y calidad de los proyectos de software libre. Diariamente tenemos anuncios de nuevos proyectos, de nuevas liberaciones, y de nuevos campos donde se están construyendo programas libres. En este último año se percibe cómo la masa crítica de desarrolladores se ha sobrepasado en muchos ámbitos que hasta ahora estaban relativamente desatendidos por el software libre (como los reproductores multimedia, por ejemplo). Y cómo aparecen las primeras incursiones exitosas en entornos casi prohibidos, como los ordenadores de mano (PDA).

El futuro del software libre depende de que siga siendo competitivo en los campos en los que lleva establecido desde hace tiempo (desde los compiladores y los entornos de programación hasta los entornos de escritorio y los programas de ofimática). Pero también de que sea capaz de colonizar nuevos territorios al menos con la misma penetración que el software propietario, y si es posible, un poco por delante de él. Por eso son muy importantes los nuevos campos que se han abierto, o se han empezado a consolidar durante este último año.

Los medios

Este año ha sido el del establecimiento del software libre en el kiosco. Por un lado, las revistas dedicadas al software libre, o al menos a sistemas como GNU/Linux, han madurado y se han multiplicado. Ya no es raro encontrar en cualquier establecimiento publicaciones si no especializadas, al menos que incluyan en cantidad significativa información sobre software libre. Y en general, toda la prensa informática muestra secciones fijas sobre sistemas libres, y el tratamiento de temas relacionados con GNU/Linux ya ha dejado de ser lo excepcional para pasar a ser la norma.

Incluso la prensa generalista se encarga de vez en cuando de los avances del software libre. Y GNU/Linux se ha convertido en referencia obligada como única alternativa al monopolio de Microsoft. Sin embargo, esta misma atención ha traído sus problemas. En particular, el software libre está cada vez más bajo el radar de las grandes empresas de software propietario, que ya han puesto a funcionar su gran maquinaria de márketing para combatirle. En el tiempo que viene, cada vez contemplaremos ataques más directos, para los que habrá que estar preparados, y a los que habrá que responder de alguna manera.

La situación legal

Lo más preocupante durante este año que termina ha sido el empeoramiento en el frente legal. Por un lado, Europa está más cerca que nunca de aceptar las patentes de software, a pesar de los esfuerzos para explicar cómo este cambio nos perjudicará a todos. Por otro, las legislaciones que tratan de defender los derechos de autor están siendo cada vez más incompatibles con el desarrollo de software libre. Especialmente preocupante está siendo el caso del DeCSS, que aún no se ha resuelto completamente (aunque en las últimas semanas parece estar reconduciéndose), y las legislaciones propuestas como sucesoras de la DMCA, que ponen directamente fuera de la ley muchos desarrollos libres, a la vez que limitan libertades fundamentales que siempre hemos tenido como consumidores.

Sin embargo, también ha sido este año el primero en el que se ha percibido un cambio de tendencia en el mundo del software libre en cuanto a la preocupación general por los asuntos legales. Por fin ha dejado de ser extraño ver desarrolladores de software libre preocupados por las implicaciones para ellos y para su trabajo de las leyes que se están proponiendo. Se percibe también, diría que por primera vez, una preocupación cada vez mayor por temas como la libertad de innovación o la libertad de elección de plataforma software y sus implicaciones sociales y políticas.

De todo un poco

Resumiendo, el año en una frase, podría decirse que ``Hemos tenido de todo un poco''. En líneas generales, ha sido un año de avance, y esto es especialmente importante cuando ya hay varios sectores que han identificado al software libre como un enemigo a batir. Creo que es muy positivo no haber retrocedido cuando el entorno ha pasado de ser completamente indiferente a ser marcadamente hostil en algunos casos muy importantes. Y desde muchos puntos de vista no sólo el software libre no ha retrocedido en estas circunstancias, sino que ha continuado su carrera hacia adelante.

¿Podremos decir lo mismo el año que viene?

Libro "Sobre Software Libre" - - http://gsyc.escet.urjc.es/~grex/sobre-libre